Yo te invito a venir conmigo siguiendo el camino de la estrella. Mirando la hermosura de la naturaleza delineada por manos divinas.
Yo:
¿Cuándo? ¿Qué día?
Amor:
¿Qué tal a la hora que yo me despertar?
Yo:
¿Y con quién quedamos?
Amor:
Solamente con Dios a nos alumbrar. Dios, tú y yo.
Yo:
¿Dónde quedamos?
Amor:
Al lado de la amistad. En el centro de la voluntad del Creador. Acerca de la felicidad que espera por nosotros.
Yo:
¿Cómo quedamos?
Amor:
Quedamos juntos a la eternidad en punto en el reloj del Señor del tiempo.
Y por la noche miremos luces que no dejan de brillar con la oscuridad.
Y en el día miremos al horizonte.
Él es nuestra casa que no está distante. Está a un paso de nuestra decisión.
Yo:
Yo ya intenté y no consigo encontrarte en medio a tantas paisajes. ¿Cómo te reconoceré?
Amor:
Estoy vestido de esperanza. Estoy riendo con el sueño de abrazarte.
Yo te pido ¡No tardes a hallarme!
Yo:
Me corriges se otro rostro me engañar. Y mi corazón mirar otro mirar.
Amor:
Yo te elegí para conmigo caminar. Nuestras pegadas lado a lado y nuestros dedos entrelazados.
Repito:
Estoy aquí. Continuaré a aguardarte.
Yo:
Yo comienzo a creer que es real, cuando oigo sus dulces palabras atraerme.
Si me pierdo tú me encuentras. Si te encuentro yo me pierdo en tus besos.
¡Yo te quiero tanto! ¿Y tú me quieres?
Amor:
¡Qué pregunta descabida! ¡Yo no miento!
Yo:
¡Perdón! Es difícil creer que en el desierto encontré mi oásis.
Amor:
¡Yo no soy espejismo!
Yo:
¡Yo creo!
Amor:
Entonces ¡hasta luego! No estoy lejos. Voy corriendo encontrarte.
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Autora: Eliane Mariz | Gênero: Poesia | Editado: 15/06/16 | Atualizado: 26/08/17
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